La realización del musicograma ha sido una de las tareas más dificultosas de realizar, ya que al analizar la música elegida me costaba mucho trabajo diferenciar las partes de la que constaba la canción, así como el timbre, el acento el pulso, etc., de la misma.
Una vez que conseguí diferenciar cada una de ellas, lo más difícil fue contar los tiempos de cada parte, y asignar a cada uno de ellos un símbolo característico de lo que se escuchaba, o que representara bien lo que se escuchaba en la canción.
Lo que más me facilitó la labor es que escogí una canción que conocía, y que había escuchado varias veces, lo que hizo que fuera un poco más fácil de diferenciar las partes, las zonas con acento, etc.
Con la realización de esta tarea he aprendido a interpretar una canción con otro medio muy diferente al que estamos acostumbrados a ver, como es el pentagrama.
Además he aprendido a diferenciar acentos, pulsos, sonidos graves y agudos dentro de una canción que a veces no se distinguen, etc.
Además, para nuestra futura profesión nos puede ser muy útil, ya que presentarle a unos niños tan pequeños una canción mediante dibujos y figuras les facilita a la hora de comprenderla, y de seguir el ritmo que mediante un pentagrama.
Por ello, a pesar de ser una tarea dificultosa de realizar, que me ha costado muchos comederos de cabeza, ha sido muy beneficioso realizarla, ya que he aprendido muchas cosas con ella.
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